CAPÍTULO 5: Hell or High Water
Unbound, en las colinas de Flint Hills, Kansas, es un campo de pruebas para el deporte cada vez más popular de las competiciones de gravel. En una disciplina en la que las reglas y las posibilidades se redefinen continuamente, descubrimos la historia de cuatro ciclistas en la zona de avituallamiento, donde, por un momento, la carrera se detiene.
26 June 2025
WordsBetsy Welch
PhotographyDominique Powers
Cada año es más rápido.
Y no son solo los ciclistas —más en forma, más adaptados al calor y más atentos a la nutrición— los que marcan el ritmo. Su equipación ha evolucionado. Al igual que sus equipos. La zona de avituallamiento, que antes era un lugar para tomar unas galletas Oreo y una Coca-Cola o ir al baño portátil, ahora se asemeja a una parada en boxes de Fórmula 1.
“Desde el año pasado, cuando empezamos por nuestra cuenta, el tiempo se ha reducido considerablemente. Esto demuestra que los hombres a veces solo estorban”.
– Maude Farrell
Algunxs ciclistas ni siquiera se desenganchan, sino que cogen una bolsa de un mecánico o un amigo mientras siguen rodando. Otrxs ponían un pie en el suelo el tiempo justo para que un compañero les sacara la vejiga vacía del Blaerosuit y les metiera una nueva. Al final, todos tenemos a alguien.
Cena de recompensa
Dos días antes de Unbound, Anna, Sarah, Maude y Ellen están practicando la coreografía de la zona de avituallamiento en la entrada de su casa alquilada en Emporia. Uno tras otro, entran corriendo, se detienen en seco y esperan mientras Brandon, Jimmy, Kenny y Dylan sacan las bolsas vacías y las rellenan con las llenas. Su objetivo es reducir las transiciones a menos de 10 segundos.
En tu primera Unbound en 2022, Ellen llegó a la zona de avituallamiento y se quedó allí un rato. Tenía un pinchazo y Dylan lo arregló. Su madre estaba allí. Se abrazaron. Fue al baño. Sentada en el bordillo.
“Estuve allí unos 10 minutos”, dice. “Fue muy relajante. No tenía prisa alguna”.
¿Su tiempo final aquel año? 13:32.
¿Este año, con un Blaerosuit y una parada por debajo de los 10 segundos?
10:51 y 25ª en la clasificación general.
“La zona de avituallamiento no decide el resultado de la carrera”, afirma Ellen. “Pero si no lo haces con inteligencia, puedes quemar muchos de tus cartuchos”.
ALMA: Milla 70
Alma, la pequeña localidad situada en la milla 70, se despierta lentamente la mañana de la carrera. Los ciclistas aún están a varias horas de llegar. Los niños pintan en mantas de picnic mientras sus padres montan las sillas de camping. La panadería está agotando sus rollos de canela y el café filtrado. Detrás del Mobile Service Course, Jimmy y Kenny colocan los suministros de Ellen y Maude, cada cosa en su sitio.
Todos están aquí por alguien.
Dylan, el marido de Sarah y su mecánico desde hace mucho tiempo, es el jefe de facto. Lo ha hecho durante años, para Sarah y para muchos otros, pero aún así se pone nervioso. Nunca toma más de una taza de café para que los nervios no afecten su rendimiento. Sin embargo, todo el mundo está un poco nervioso en este momento. No saben qué esperar ni qué pueden necesitar los ciclistas. No tener noticias es buena señal, y hasta ahora nadie ha enviado mensajes desde el campo. Hasta que los ciclistas se encuentran a menos de 10 millas, es todo un ajetreo de prisas y esperas.
Entonces llegan.
Sarah grita que su manillar está torcido. Dylan la convence de que no lo toque: «No hay tiempo». Cambia los bidones y se cuelga una bolsa de avituallamiento. Maude no dice ni una palabra. Entra y sale como un reloj. Ellen se detiene a pedir un bidón más.
En cuestión de segundos, desaparecen.
El futuro es fino como la piel
Mucho puede cambiar en cuestión de segundos, kilómetros, horas. Eso siempre es cierto en la competición ciclista, pero se nota mucho en un día como el de la Unbound.
Tras su caída, Anna da por terminada la carrera en la primera zona de avituallamiento. Antes de la segunda zona de avituallamiento, Sarah llama a Dylan para que la recojan. Ella también se vio envuelta en una caída al principio de la carrera. El día de Ellen transcurre tranquilamente, lo cual, en una competición como esta, es un regalo. ¿Y Maude? Maude está disfrutando de la mejor carrera de su vida.
Al enterarse de que había terminado en duodécimo lugar, rompe a llorar.
La confianza es más importante que las tácticas. Porque, aunque las competiciones de gravel son cada vez más rápidas y tácticas, para estas cuatro mujeres tienen sus raíces en algo más. Algo compartido. Sí, compiten por ellas mismas, pero también entre ellas. Para la amiga que está a su lado. Para el mecánico arrodillado en el barro. Para el compañero que sostiene un bidón como si fuera un bastón.
En la zona de avituallamiento, todos tienen a alguien. Y quizá esa sea la clave: por muy rápido que vaya esto, nadie lo consigue solo.
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