Manuales Rapha: El Atajo

¿Alguna vez te has preguntado cómo hacen los ciclistas profesionales para mantener una velocidad tan alta mientras compiten a través del campo? En algunos casos destacados, la respuesta podrían ser mejoras ilícitas. Pero hay una explicación más simple que se cumple: yendo en grupo. Dicen que todo tiene un precio, pero ir en bici en un grupo bien organizado ofrece ‘velocidad gratis’ - resumiendo, eres capaz de ir más rápido sin esforzarte más.

La verdad es que probablemente ninguno de nosotros iremos nunca a velocidades como para ganar una Gran Vuelta. Para nosotros, la verdadera ventaja de ir en grupo es la compañía. Ya salgas con un club local o simplemente con un grupo de amigos, las mejores rutas son siempre las que se comparten con otros. James Fairbank, Jefe de Marca en Rapha, ve las salidas en grupo como un atajo, no sólo en cuanto a velocidad si no también en las relaciones que haces.

“Pedaleando juntos puedes ver partes de la personalidad de una persona que de otro modo podrían tardar mucho tiempo en salir a la luz,” dice. “Puedes ver rápidamente a los altruistas cuando alguien pincha - son los primeros en ofrecer una cámara de repuesto y ayuda. Verás que algunos son líderes, tomando el control de la ruta e indicando direcciones, mientras otros prefieren dejar ese tipo de cosas para los demás. Los rasgos personales son fácilmente discernibles en la bici, lo que hace que la gente pueda conocerse muy bien entre sí.”

A diferencia del tenis o la natación, por ejemplo, donde estás separado por una red o enclaustrado en vueltas solitarias, el ciclismo proporciona infinitas oportunidades para charlar. Estas conversaciones pueden ser bastante diferentes a las que tendrías en cualquier otro sitio.

“Hay una vaga estructura en las conversaciones de bar, por ejemplo. Pides una bebida en la barra, te sientas y hablas con tus amigos,” dice Fairbank. “Pedaleando en grupo tiendes a divagar. Las conversaciones van y vienen, interrumpidas por giros en la carretera y los relevos en cabeza. Normalmente se va en paralelo, así que acabas teniendo una conversación de tú a tú con alguien. Sentados uno al lado del otro, me siento liberado de la intensidad que supone hablar con alguien cara a cara.

Con el tiempo, terminas por conocer la gente con la que vas en bici, a la mayoría extremadamente bien. Tu grupo de compañeros de ruta se convierte en una pequeña tribu, cada miembro con sus propias características y costumbres. Algunos de estos comportamientos te harán sonreir, otros te harán fruncir el ceño de cuando en cuando, pero todo eso forma parte de ir en bici en grupo. Los compañeros habituales de ruta de Fairbank no son un caso diferente, cada uno con sus propias peculiaridades.

“En cuanto puede, uno de mis amigos siempre te hace ir por la parte más rugosa de la carretera, por donde cuesta ligeramente más trabajo. Compite y nunca consigue desconectar esa parte de su cerebro. Estoy bastante seguro de que ni siquiera es consciente de que lo hace. Otro amigo con el que suelo salir siempre llega tarde. Dicho esto, en cuanto llega, siempre está entusiasmado y me ha convencido para salir en muchos días lluviosos.

“No deberías tener favoritos, pero disfruto de verdad saliendo con otro amigo mío, Rhys. Es un tío alto y super fuerte en la bici. Yendo en el grupo detrás de él, puedo ir a una velocidad razonablemente alta sin sentir nada de nada.